Primer manuscrito Mocaorà o Mocadorà Valencia 9 de Octubre de 1747 s. XVIII San Dionisio
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Subcategoría: Colecciones - Antigüedades
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Descripción Primer manuscrito Mocaorà o Mocadorà Valencia 9 de Octubre de 1747 s. XVIII San Dionisio
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Cada 9 d’Octubre los dulces de mazapán de una gran variedad de formas y colores llegan a la mesa de los valencianos para endulzar la celebración del día de la Comunitat y conmemorar así la entrada del rey Jaime I en Valencia en 1238. Sin embargo, no siempre se ha celebrado la tradición del 9 d’Octubre todos los años ni de la manera que hoy conocemos. Hasta finales del siglo XIX se festejaba únicamente una vez cada cien años, cuando la tradición señalaba que sólo se celebraba este evento, con la bajada de la Senyera, en su centenario. De este modo, se celebró el 9 de octubre de 1338, el de 1438, de 1538, y así hasta llegar a 1838, cuando a partir de finales de este siglo se consideraba que la tradición cambió y empezó a celebrarse todos los años.
El manuscrito supone un punto de inflexión en este punto, ya que tiene fecha del 1747, es decir, nueve años después del quinto centenario de esta tradición, y un siglo antes del considerado hasta ahora como el del cambio. El documento relata cómo ese año una familia celebra el día de la ‘mocaorà’, comprando los típicos dulces para compartir el señalado 9 de octubre, realizando así la tradicional celebración en una fecha que no era la, hasta ahora, considerada para hacerlo.
Luis Ramírez es el investigador que ha descubierto este documento «por casualidad», mientras estudiaba los manuscritos que conserva la familia Espínola, dueña de este histórico texto. «Es el primer documento que relata esta tradición», ha explicado Ramírez, «demuestra que había familias que celebraban esta costumbre más a menudo, y no sólo cada cien años, que era lo que se pensaba hasta ahora». «Al menos las familias que tenían cierto nivel económico y podían permitirse comprar los clásicos dulces, ya que por su precio no estaban al alcance de la mayoría», ha concretado Luis Ramírez, que continúa: «lo normal era que comieran gachas, que es a lo que podían acceder en aquel momento».
De hecho, la conocida tradición bajo el nombre del pañuelo de tomar estos dulces con forma de instrumentos pirotécnicos, como son la ‘piuleta’ o el ‘tronador’, surgió unos pocos años antes de la fecha del manuscrito, en 1738, cuando se prohibió disparar pólvora en el quinto centenario del 9 de octubre, y los pasteleros decidieron, con gran picardía, hacer estos dulces que recordaban a los objetos prohibidos para la celebración. El resto de formas y figuras elaborados con mazapán, no son más que una derivación de aquellos primeros dulces.
En el manuscrito, fechado en un lunes 9 de octubre de 1747, se puede leer cómo un comerciante valenciano llamado Gilabert relata que una familia compra en una de las reposterías de la ciudad, ‘Casa Almella Cerezo’, «más de 8 libras de turrones tanto de azúcar como de canela», así como otro tipo de dulces, que le costó a la familia que hizo la compra «una libra valenciana y 5 sueldos, un gasto importante que sólo se podía permitir una familia acomodada en el siglo XVIII», ha relatado el investigador Estos dulces fueron comprados para celebrar San Dionisio y la tradicional ‘mocaorà’.
Según el investigador, este documento es «fundamental para entender la tradición y el origen de la actual celebración», ya que demuestra dos aspectos importantes sobre esta tradición. En primer lugar, que los valencianos continuaron celebrándola pese a la supresión de sus fueros, y además con una continuidad que no es la conocida hasta ahora. Y por otro, y entrando en los aspectos concretos de esta celebración, que de esos dulces que aparece en el texto, como son los turrones de canela, es de donde derivan los actuales mazapanes, que han ido evolucionando hasta adquirir las coloridas formas que atualmente todos los valencianos disfrutan cada 9 de octubre.
Este documento tiene el tamaño de un A5 y está escrito tanto el anverso como el reverso con diferentes anotaciones del autor.
El manuscrito supone un punto de inflexión en este punto, ya que tiene fecha del 1747, es decir, nueve años después del quinto centenario de esta tradición, y un siglo antes del considerado hasta ahora como el del cambio. El documento relata cómo ese año una familia celebra el día de la ‘mocaorà’, comprando los típicos dulces para compartir el señalado 9 de octubre, realizando así la tradicional celebración en una fecha que no era la, hasta ahora, considerada para hacerlo.
Luis Ramírez es el investigador que ha descubierto este documento «por casualidad», mientras estudiaba los manuscritos que conserva la familia Espínola, dueña de este histórico texto. «Es el primer documento que relata esta tradición», ha explicado Ramírez, «demuestra que había familias que celebraban esta costumbre más a menudo, y no sólo cada cien años, que era lo que se pensaba hasta ahora». «Al menos las familias que tenían cierto nivel económico y podían permitirse comprar los clásicos dulces, ya que por su precio no estaban al alcance de la mayoría», ha concretado Luis Ramírez, que continúa: «lo normal era que comieran gachas, que es a lo que podían acceder en aquel momento».
De hecho, la conocida tradición bajo el nombre del pañuelo de tomar estos dulces con forma de instrumentos pirotécnicos, como son la ‘piuleta’ o el ‘tronador’, surgió unos pocos años antes de la fecha del manuscrito, en 1738, cuando se prohibió disparar pólvora en el quinto centenario del 9 de octubre, y los pasteleros decidieron, con gran picardía, hacer estos dulces que recordaban a los objetos prohibidos para la celebración. El resto de formas y figuras elaborados con mazapán, no son más que una derivación de aquellos primeros dulces.
En el manuscrito, fechado en un lunes 9 de octubre de 1747, se puede leer cómo un comerciante valenciano llamado Gilabert relata que una familia compra en una de las reposterías de la ciudad, ‘Casa Almella Cerezo’, «más de 8 libras de turrones tanto de azúcar como de canela», así como otro tipo de dulces, que le costó a la familia que hizo la compra «una libra valenciana y 5 sueldos, un gasto importante que sólo se podía permitir una familia acomodada en el siglo XVIII», ha relatado el investigador Estos dulces fueron comprados para celebrar San Dionisio y la tradicional ‘mocaorà’.
Según el investigador, este documento es «fundamental para entender la tradición y el origen de la actual celebración», ya que demuestra dos aspectos importantes sobre esta tradición. En primer lugar, que los valencianos continuaron celebrándola pese a la supresión de sus fueros, y además con una continuidad que no es la conocida hasta ahora. Y por otro, y entrando en los aspectos concretos de esta celebración, que de esos dulces que aparece en el texto, como son los turrones de canela, es de donde derivan los actuales mazapanes, que han ido evolucionando hasta adquirir las coloridas formas que atualmente todos los valencianos disfrutan cada 9 de octubre.
Este documento tiene el tamaño de un A5 y está escrito tanto el anverso como el reverso con diferentes anotaciones del autor.